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Hola :) soy Yoshi, boliviana, viajera y de vez en cuando bloguera.

jueves, 31 de agosto de 2017

Arequipa, Tacna y Arica

Finalmente cumplía mis deseos de conocer Arequipa, la cuidad blanca del Perú. 
Mi acompañante y una mochila eran todo lo que necesitaba para emprender esta aventura.  La idea era viajar ligeras para poder aventurarnos a más, sin embargo la vida me volvió a enseñar que no todo sale exactamente como lo planeas; casi todo un día perdido tratando de cruzar la frontera en el Desaguadero; cuando finalmente lo logramos, corrimos a uno de los mini-buses que salían a Puno pues no había más opción.

No fueron muchas horas de viaje hasta la terminal de Puno, una vez allí, nos pusimos a buscar un ticket de ida a Arequipa; más tarde ese mismo día, nos encontrábamos cruzando el desierto peruano hasta finalmente llegar a la ansiada cuidad. Sin reserva de hotel y a las 11 de la noche, no teníamos mucha idea de qué hacer, tomamos un taxi y le dijimos que nos lleve a un hostal turístico; a dos cuadras de la plaza de Armas estaba el hostal Ejecutivo Inn, nada mal por 50 soles la noche.







Tras tres días de recorrer la linda ciudad de Arequipa, dejamos pendiente la visita cañón del Colca, pues no disponía de suficiente presupuesto, pero estoy segura que habrá otra oportunidad.
La idea de ir a Tacna era encontrarnos con la familia para retornar vía Arica, cuando llegamos a Tacna, nos vimos nuevamente en la misma situación, no teníamos hospedaje, esta vez fue más sencillo porque era más temprano, tomamos un taxi a la plaza de armas y nos quedamos en el primer hostal que vimos con disponibilidad. En Tacna no hay mucho por hacer ciertamente; nos fuimos por unos helados, y más tarde por una pizza.




Una noche de fiesta!, bueno… no era exactamente lo que habíamos planeado… fuimos a un bar, compramos un par de tragos pero la noche no comenzaba realmente. Las calles vacías, las discotecas y los bares vacíos, tan solo pasamos un momento y volvimos al hostal, con un par de cervezas en la cartera… a la mañana siguiente, con un poco de resaca, nos alistamos para ir de compras, pasamos todo el día en los paseos de tiendas y una vez que nos encontramos con mi hermano, su esposa y mi mamá, tomamos un rapidito hacia Chile.




El último día en Chile pasó sumamente rápido; un atardecer en la playa, un poco de compras al día siguiente, unas horas en la playa y el esperado retorno a casa…