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Hola :) soy Yoshi, boliviana, viajera y de vez en cuando bloguera.

martes, 21 de marzo de 2017

Serbia, un desastre


Lo había planificado todo de maravilla, diez días en Belgrado y luego regresar a Estambul.
Muy temprano en la mañana me dirigí al aeropuerto Sabiha Gökçen, con la esperanza de seguir viviendo mi sueño. Al llegar a Belgrado, bajando del avión, veo a la policía revisando pasaportes, muy segura de mi misma, entregué el mío, lo revisaron y procedieron con las preguntas: A qué viene a Serbia?, Cuánto equipaje tiene?, Tiene dinero en efectivo?, Su reserva de hotel? Entre otras…; mis respuestas eran las más lógicas que podía encontrar en ese momento, solamente la verdad. De repente llaman a otra policía de migración y comentan algo en serbio, nuevamente las mismas preguntas, Qué hace tanto tiempo en Turquía?, Tiene amigos en Serbia?, etcétera.
Tratando de mantener la calma, les dije que sí, tengo un amigo en Serbia y que me está esperando afuera, tenía todas mis tarjetas de crédito y tenía mi boleto de retorno a Estambul.

NO TIENES ACCESO A SERBIA, esas palabras aún retumban en mi cabeza, cómo, todo aquello que había planeado se desmoronó en segundos y sin un motivo. Si, la estúpida policía de Serbia, no tenía un motivo para deportarme y lo hizo sólo porque sí. Entre llanto y desesperación de no saber qué hacer, qué esperar o qué decir, esperé; la aerolínea que había elegido para viajar, tenía solamente tres vuelos semanales, lo que significaba que tenía que esperar alrededor de 72 horas para poder volver a Turquía. 

Dos noches en la sala de juegos de niños, una amiga pakistaní deportada, un amigo bosnio deportado, un cigarro, unas galletas y un chocolate era lo que tenía.






No podía hacer nada, mi plan para diez días había fracasado pero eso no era lo peor de todo, fui humillada en el aeropuerto de Belgrado, escanearon cada pieza de ropa que llevaba en la mochila, me preguntaron por droga más de un par de veces y me tuvieron sin comida ni agua por casi dos días.
Cuando mi pesadilla había terminado, llegué a Estambul un poco decepcionada, pero no duraría mucho, aún había mucho por descubrir en la cuidad más bonita del planeta.



Tres cruces a Serbia!

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