PARTE 1 Estambul
Como en el más bonito de los
sueños, todo había funcionado perfecto. Todos aquellos altibajos durante el
camino, hacían de nuestro viaje, el más inolvidable de todos, siete países en
poco más de tres meses.
Turquía había sido mi sueño
durante más o menos siete años, y finalmente estaba allí. Tuve el más dulce de
los amigos, quien a pesar de no estar en Estambul cuando yo llegaba, me ofreció
la posibilidad de quedarme con su familia, la familia más adorable de todas.
Jamás había imaginado lo buenos que pueden ser los turcos. La primera noche, y
jamás la voy a olvidar, fuimos a tomar nuestro primer café turco a la torre de
la niña (kız kulesi) y a pedir un deseo con un globo regalado :D (mi deseo se
cumplió al mes).
Las dos semanas siguientes que estuve en Estambul fueron increíbles, cada lugar nuevo que visitaba, cada persona que conocí, cada plato de comida que probaba eran una conspiración del universo para que ame Turquía cada vez más. Los días fueron pasando y la emoción no bajaba ni un poquito, con las maletas aun perdidas decidimos ir de compras; fue entonces cuando decidí que el Iskender kebab no era lo mío J.
Un par de días después hicimos un largo viaje al aeropuerto Atatürk, pues al parecer era la única forma de recuperar las mochilas; para nuestra sorpresa, allí estaban, era alivio lo que sentíamos, el viaje podía continuar de maravilla.
Recuerdo como si fuera ayer cuando visitamos la gran avenida Istiklal por primera vez, cómo olvidar cuando me volví adicta al helado turco?, entre mañas y juegos del vendedor, finalmente lo tuve entre mis manos.
Fue un viaje de “primeras veces”, la primera vez que viajé en Ferry, la primera vez que tomé té turco, la primera vez que comí baklava y otras infinitas primeras veces que amé. Una de mis partes favoritas fue cuando nuestra familia turca nos sorprendió con un pequeño viaje a una boda, nuestra primera boda turca.
Bailamos, reímos, conocimos al resto de la familia, abuelos bisabuelos, primos, tíos, tías, todos nos acogieron como si siempre hubiésemos sido parte de la familia y como si el idioma no significara una barrera en absoluto.
Istiklal |
Mi primer helado turco |
Comida boliviana en Turquía! |
Bailando en la boda |
Mezquita de Sultan Ahmed |
siendo engañadas en el Bazar de especias |
Torre Galata |
Hagia Sophia |
Atardecer perfecto |
Dos semanas no se sentían suficientes para seguir compartiendo con nuestra nueva familia turca y seguir explorando lo maravilloso de Estambul, pero una vez más la aventura llamaba, y como buena viajera, debí responder el llamado. Siguiente parada: Denizli!
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